Eficiencia energética en los electrodomésticos
El futuro … … es hoy
Un hogar que no solo ahorra con la tecnología, sino que conlleva un cambio cultural y un nuevo modo de vivir: más consciente, más saludable, más justo.
Este cambio ya está ocurriendo en distintas regiones y comunidades:
Navarra – Programa MMR para hogares eficientes.
Ha movilizado más de 40 millones de euros, permitiendo que el 90 % de los hogares adopten medidas de ahorro energético, entre ellas la renovación de electrodomésticos y una reducción del consumo del 16%.
Barcelona – Puntos de Asesoramiento Energético (PAE).
El Ayuntamiento ofrece asesoramiento gratuito a hogares vulnerables sobre compra responsable, etiquetado y eficiencia de electrodomésticos. Iniciativa reconocida por la UE como práctica ejemplar.
Valladolid – EnergÉtica Coop y AEMVA.
La cooperativa local y la Agencia Energética Municipal impulsan comunidades energéticas, talleres y auditorías domésticas centradas en el uso eficiente de electrodomésticos.
Castelldefels – Talleres escolares de uso eficiente.
Desde 2022 se realizan talleres en centros educativos sobre consumo energético responsable y uso adecuado de electrodomésticos en el hogar.
Los electrodomésticos del hogar consumen hasta un tercio de la energía doméstica. Sin embargo, su eficiencia no es solo un reto técnico, sino una oportunidad cultural. Apostar por equipos eficientes y un uso consciente significa reducir emisiones, mejorar la salud en casa y liberar recursos para lo común. Un frigorífico con etiqueta A, una lavadora bien programada o el simple gesto de evitar el stand-by son formas cotidianas de transición energética.
Esta transformación no depende de grandes inversiones, sino de conocimiento, acompañamiento y cooperación. Talleres municipales, cooperativas energéticas y redes vecinales están demostrando que la eficiencia puede ser un acto de justicia: hogares más confortables, facturas más bajas y una cultura del cuidado que une bienestar y responsabilidad ecológica.¿Qué puedes hacer tú?
Prioriza electrodomésticos con etiqueta A o B en lavadoras, frigoríficos y hornos. Son más duraderos y reducen tu factura.
Evita el stand-by, llena la lavadora antes de ponerla, regula la temperatura del frigorífico (4 °C es suficiente) y usa programas eco.
Participa en talleres municipales o impulsa uno en tu comunidad. La educación energética multiplica el impacto colectivo.
Participa en iniciativas como La Osa o impulsa una en tu barrio.
¿Qué podéis hacer como colectivo?
Difundid buenas prácticas de uso y mantenimiento de electrodomésticos. Es una acción simple y muy replicable.
Uníos para adquirir equipos de bajo consumo o promover su renovación cooperativa. Juntas, las comunidades ahorran más.
Ayudad a personas mayores o vulnerables a entender su consumo y su factura eléctrica. El cuidado mutuo también es regenerativo.
¿Qué puede hacer tu ayuntamiento?
Crear puntos de información donde cualquier ciudadano reciba orientación sobre consumo y electrodomésticos eficientes.
Lanzar programas Renove locales y bonificaciones fiscales para quienes sustituyan aparatos ineficientes.
Colaborar con escuelas, cooperativas y asociaciones vecinales para formar ciudadanía energética y combatir la pobreza energética.
¿Cómo se paga?
Segunda convocatoria de ayudas del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, a proyectos de infraestructuras medioambientales, digital y social (abierta hasta 31/12/23)
Podrán recibir apoyo las iniciativas de huertos urbanos/comunitarios y las plantas de compostaje o plantas de acopio de biomasa que favorezcan la gestión sostenible de los recursos forestales.
Para Profundizar
Guías y recursos
Guía práctica de la energía – Cómo reducir el consumo de tus electrodomésticos, IDAE.
OCU – Etiquetado energético explicado.
Guía EPAH sobre energía y pobreza, Comisión Europea.
La Casa que Ahorra, Fundación Repsol: consejos prácticos sobre eficiencia energética doméstica.
Proyecto Hogares Verdes, CENEAM – MITECO: educación ambiental para la sostenibilidad en el hogar.
Efectos secundarios:
Reducción de emisiones y huella climática: El uso de electrodomésticos eficientes disminuye drásticamente el consumo eléctrico del hogar y reduce las emisiones de CO₂ asociadas, contribuyendo a los objetivos locales de descarbonización.
Ahorro económico directo y sostenido: Los equipos eficientes consumen hasta un 70 % menos energía, lo que se traduce en facturas más bajas y un ahorro que puede superar los 200 € anuales por hogar, fortaleciendo la economía doméstica.
Bienestar y salud doméstica: Menos ruido, mejor aislamiento térmico y una calidad del aire interior más estable generan hogares más confortables y saludables, especialmente beneficiosos para personas mayores o con enfermedades respiratorias.
Equidad y justicia energética: Promover el acceso a electrodomésticos eficientes reduce la vulnerabilidad energética y democratiza la transición ecológica, asegurando que nadie quede atrás en el cambio de modelo.
Cultura del cuidado y corresponsabilidad: El aprendizaje compartido sobre consumo consciente y ahorro energético fomenta hábitos más sostenibles y fortalece los lazos comunitarios, impulsando una ciudadanía activa y regenerativa. Innovación y empleo verde local: La demanda de reparación, mantenimiento y asesoramiento energético genera oportunidades laborales de proximidad y dinamiza la economía circular a escala municipal.