Movilidad compartida
El futuro … … es hoy
Barrios y pueblos casi sin coches y ninguno en propiedad. Personas que se desplazan en una red de bicicletas y motos eléctricas comunitarias, compartiendo trayectos entre vecinos, incluso en coches autónomos alimentados por energías renovables.
Som Mobilitat, Cataluña: cooperativa sin ánimo de lucro que ofrece carsharing de proximidad con coches, bicis y motos eléctricas compartidos entre vecinos del mismo barrio. Funciona con energía 100% renovable y tarifas de coste, fomentando redes locales en España (Barcelona, Mallorca, Valencia…).
VIVe de Hyundai, España rural: primer servicio de carsharing rural 100% eléctrico, que cede un vehículo compartido a los habitantes de varios municipios. Con este sistema se evitan miles de km en coche propio, “reduciendo las emisiones” gracias a su flota eléctrica.
Bicis compartidas (Sevilla, Madrid, Barcelona…): sistemas públicos como Sevici, BiciMad () o Valenbisi han demostrado que cada euro invertido retorna amplios beneficios ambientales y sociales (se evita decenas de miles de toneladas de CO₂ y de dolencias crónicas al año).
Coches compartidos y apps (España e internacional): plataformas como BlaBlaCar conectan conductores y viajeros para trayectos interurbanos, reduciendo tráfico y costos compartiendo combustible.
Logística sostenible, Koiki: aunque no es transporte de personas, Koiki es un ejemplo innovador en ciudades españolas, usando bicicletas y furgonetas eléctricas para la “última milla”. Sus repartidores son vecinos del barrio, ahorrando CO₂ (0,29 kg por km) y generando empleo local sostenible. Este modelo refleja el valor comunitario de compartir recursos de movilidad.La movilidad compartida propone un modelo de transporte donde las personas comparten vehículos (coches, bicicletas, motos, etc.) en lugar de poseerlos de forma individual. Este enfoque fomenta un uso eficiente del vehículo y reduce drásticamente el número de coches en circulación, con enormes beneficios ecosociales. Menos coches significa menor congestión y contaminación.
Al compartir el vehículo, también se libera espacio público: menos coches estacionados significa plazas y calles dedicadas a parques, peatones o carriles bici. Además, promover la movilidad compartida fortalece la comunidad; los trayectos se convierten en espacios de encuentro y colaboración en vez de trayectos aislados. Esto amplía el acceso al transporte: en zonas rurales de España, las plataformas de viajes compartidos cubren hasta el 85 % de los municipios españoles, reduciendo la brecha territorial.
En resumen, dentro del paradigma de la regeneración ecosocial, la movilidad compartida ayuda a reducir emisiones, recuperar ciudades para la gente, generar comunidades locales fuertes y garantizar un transporte equitativo en ciudades y pueblos.
¿Qué puedes hacer tú?
Únete a plataformas de coche compartido (p.ej., BlaBlaCar para viajes largos o apps locales de carpooling) y ofrece asientos vacíos en tu coche para desplazarte con familiares, amigos o colegas. En tu trayecto diario al trabajo, organiza un coche compartido con colegas o vecinos.
Siempre que sea posible, usa la bicicleta pública o el autobús/tranvía. Cada vez que optas por movilidad compartida ayudas a liberar espacio urbano y a reducir la contaminación. En la ciudad, apps de bicis y patinetes públicos facilitan desplazarte sin coche propio.
En tu barrio o pueblo, infórmate de cooperativas de movilidad o servicios municipales de coche compartido (como Som Mobilitat en Cataluña). Si existe un servicio de coche o moto comunitaria, ¡hazte socio! Paga solo por el uso y ahorra todos los costos fijos del vehículo privado.
Cuando vayas de excursión o de compras, invita a amigos o familia para hacer el trayecto juntos. Cuando reserves vacaciones, considera la movilidad compartida. Usar el coche de otros o viceversa multiplica el impacto de cada viaje.
Si vives en un pueblo, únete a iniciativas locales: gestiona un calendario colectivo de viajes al centro urbano o al médico, organiza rutas compartidas al trabajo o habla con vecinos para coordinar viajes frecuentes (p.ej., mercado semanal). Pequeñas redes vecinales de coche compartido pueden nacer de un simple grupo de WhatsApp.
¿Qué podéis hacer como colectivo?
Crea un grupo de vecinos, asociación de barrio o plataforma digital propia para compartir coche. Por ejemplo, un grupo de Facebook o una lista de correo donde los habitantes de la misma zona ofrezcan asientos vacíos en su coche cuando viajan. Establece puntos fijos de encuentro (como un parque o estación de tren cercano) para subir pasajeros de varios hogares.
Habilita espacios comunales vigilados o cerrados para dejar bicicletas en la calle. La confianza en dejar la bici en la cuadra anima a más personas a usarla.
Vuestro colectivo podría adquirir conjuntamente un vehículo eléctrico para uso comunitario. Con una cooperativa de vecinos como Som Mobilitat, cada socio paga según uso. En zonas rurales, cooperativas de taxis compartidos (como Ecotxe) pueden gestionarse a nivel comarcal.
Organiza jornadas de movilidad sostenible: rutas en bici organizadas, talleres de coche compartido o charlas con expertos. Difunde en tu barrio los beneficios de compartir viaje y muestra aplicaciones locales. El compromiso comunitario (ej. políticas de transporte escolar compartido) multiplica el impacto.
¿Qué puede hacer tu ayuntamiento?
Crear carriles bici seguros, estacionamientos compartidos y puntos de recarga para vehículos eléctricos públicos. Convertir plazas de aparcamiento en espacios multifunción (bicis, terrazas verdes, juegos infantiles). Esto incentiva el uso compartido de bicicletas y motos eléctricas.
El ayuntamiento puede colaborar con cooperativas como Som Mobilitat y Ecotxe, facilitando zonas de aparcamiento y subvenciones iniciales. En áreas rurales, puede crear servicios de coche o minibús compartido bajo demanda. También pueden regular el carrpooling convirtiéndolo en servicio público.
Establecer descuentos en estacionamientos públicos o en tarifas de peaje para vehículos compartidos. Incorporar el carpooling en los planes de movilidad urbana sostenible (PMUS). Fomentar bonificaciones fiscales para quienes participen en plataformas cooperativas de movilidad sostenible.
Organizar campañas municipales de sensibilización sobre movilidad compartida (especialmente en colegios y empresas). Publicar en la web local información sobre aplicaciones disponibles (compartir coche, bici pública, transporte a demanda). Integrar talleres de movilidad colaborativa en las escuelas e institutos.
Participar en redes intermunicipales o metropolitanas de movilidad compartida. Por ejemplo, incorporar soluciones compartidas en el Observatorio de Movilidad Metropolitana o en foros autonómicos. Colaborar con entidades sociales para adaptar servicios (app de viaje compartido, transporte rural a demanda).
¿Cómo se paga?
Segunda convocatoria de ayudas del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, a proyectos de infraestructuras medioambientales, digital y social (abierta hasta 31/12/23)
Podrán recibir apoyo las iniciativas de huertos urbanos/comunitarios y las plantas de compostaje o plantas de acopio de biomasa que favorezcan la gestión sostenible de los recursos forestales.
Para Profundizar
Estudios
España Verde Rural 2025, CreandoTuProvincia, 2025: informe sobre movilidad sostenible y equidad rural.
El impacto mundial de la movilidad compartida, Oliver Wyman, 2024 analiza beneficios globales.
Informe ESG 2023 de BlaBlaCar : análisis de impacto del carpooling).
Guías
SMARTA-NET, UE 2025 (: paquete de 4 guías sobre movilidad rural sostenible (soluciones compartidas, financiación, SUMPs y turismo rural.
Los Planes de Movilidad Urbana Sostenible (PMUS): Guía práctica para la elaboración e implantación del Planes de Movilidad Urbana Sostenible del Instituto para la Diversificación y Ahorro Energético (IDAE).
Seminarios
Otros
Observatorio de la Bicicleta (RedBici) – Informe 2023 sobre políticas públicas ciclables.
Som Mobilitat : cooperativa de carsharing de referencia en España.
Koiki : plataforma de reparto urbano en bici.
BlaBlaCar : plataforma de carpooling.
Ciclosfera: revista online de ciclismo urbano en España.
Observatorio de la Movilidad Metropolitana (OMM)Efectos secundarios:
Menos emisiones de CO₂: Al compartir vehículos se viaja con más ocupación o en modos no motorizados.
Más espacio público y menos atascos: Menos vehículos privados reducen la congestión y liberan carriles y plazas de estacionamiento para uso ciudadano.
Salud y calidad de vida: Viajar en bici o con otros usuarios fomenta la actividad física y disminuye la polución. Menos coches significa aire más limpio y ciudadanos más sanos.
Ahorro económico: Compartir coche o bici reduce los gastos individuales en vehículo, combustible, seguro, parking, etc.
Cohesión social: Este modelo crea redes colaborativas. Compartir trayectos con vecinos, compañeros o desconocidos que comparten ruta fortalece la comunidad local.
Acceso equitativo: La movilidad compartida acerca el transporte a colectivos desfavorecidos y zonas aisladas.